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Quieres mucho a tu pareja. Los momentos dulces son extraordinarios. Has sentido una conexión y un amor maravilloso en multitud de ocasiones. Pero claro, también existe la cara B…

 

 Porque las relaciones también tienen una cara B

 

Y, cuando menos te lo esperas, de repente, surge el conflicto. Pequeño, grande o inmenso y, en cierta forma, inevitable.

Dos personas diferentes, con distintos criterios, deseos y emociones en un momento determinado chocan.

¡Tachán! el conflicto está servido.

Y, algunas veces, es tan difícil de gestionar que provoca mucho dolor y te puede hacer dudar incluso del amor que os tenéis.

Quizás no es tu caso, o ahora no estás en pareja, pero recuerdas claramente cómo la dificultad para gestionar los conflictos fue un importante detonante de una ruptura anterior y aún te acuerdas del dolor que eso te causaba.

¿Qué pasa cuando hay esas discusiones que parecen irresolubles y que, a veces, os llevan a “la escalada del terror”?

¿Te sientes frustrado porque no consigues entender lo que ella quiere de ti?

¿Estás furiosa y te cuesta mucho comunicarte adecuadamente?

¿Os parece imposible llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos?

¿Sentís ganas de tirar la toalla…. el uno al otro?

 

No te quedes atascado en el conflicto: da el paso

 

Gestionar conflictos de una forma constructiva está al alcance de cualquier pareja. Sólo hace falta conocer qué pautas seguir y tener la firme intención de ponerlas en práctica. Una solución que, aunque a veces parezca tan difícil, es posible.

¡Y vale mucho la pena!

Aunque es ideal que las pongan en práctica ambos miembros de la pareja, con que lo haga uno es suficiente. Si las aplicas sistemáticamente, los cambios son sustanciales y no pasan desapercibidos al otro. Verás que las discusiones y los problemas se pueden resolver con menos dolor y una mayor satisfacción para ambos.

¿Te gustaría?

¡Pues manos a la obra!

 

 Aprender a resolver los conflictos en pareja de una forma amorosa y eficaz es una de las mayores vías de aprendizaje que existen en la vida y que mayor unión crean en la relación.

 

Existen actitudes y múltiples herramientas que nos apoyan para la resolución de un conflicto. Este tema es muy extenso y uno de los más frecuentes en las sesiones de coaching para parejas que buscan una mayor calidad de relación.

A continuación te propongo cuatro sencillas pautas a tener en cuenta si deseas solucionar discusiones de una manera más amorosa y productiva.

Es muy posible que no sean nuevas o sorprendentes para ti, pero lo que realmente importa es: ¿las cumples de verdad?

 

Si aplicas estas pautas, tu pareja te lo agradecerá

 

1. Hazte responsable de tus emociones y evita las faltas de respeto

El primer paso fundamental para no dañar la relación cuando hay una discusión o problema es no cometer faltas de respeto. No insultar, ridiculizar ni despreciar al otro. Y eso aplica pase lo que pase e, incluso, haga lo que haga la otra persona.

Y, por supuesto, es inaceptable cualquier tipo de violencia física por leve que sea (sí, eso incluye no tirarle un trapo de la cocina a la cabeza).

Ninguna.

Nunca.

Si estás enfadado o tan disgustada que no eres capaz de controlarte, algo que puedes y debes hacer es aplazar la conversación. Si lo necesitas, date un respiro y espera hasta que te sientas capaz de comunicarte adecuadamente.

Eso sí, comunica tu intención.

No es recomendable que dejes a tu pareja con la palabra en la boca y te marches dando un portazo; eso no. Es necesario que digas lo que te pasa. Un “Lo siento, ahora me siento demasiado enfadada para hablar de esto, necesito una ducha” o “Voy a tomar un poco el aire, hablamos más tarde” pueden hacer maravillas y salvar discusiones catastróficas.

 

 Una ducha, un paseo o escuchar música suave pueden ser un bálsamo que te permita recuperar la calma.

 

Es importante que el aplazamiento no sea eterno; lo suficiente como para estar en dominio de tus emociones y poder comunicarte responsablemente.

El tiempo necesario es algo muy personal y depende del tema y las circunstancias. Yo siempre recomiendo que sea desde unos minutos a unas horas y, siempre que se pueda, se pueda retomar la conversación en el mismo día.

 

 Expresar tu malestar o disconformidad no implica hacer daño a la persona que amas

 

Sé que no siempre es fácil para todos. Pero si aún no eres impecable en este punto te sugiero tomártelo como un entrenamiento. Comprometerte contigo mismo a partir de ahora a no faltarle al respeto al otro bajo ninguna circunstancia habla de tus valores y es una gran muestra de autoestima. Te invito a conocer, si lo deseas, 4 claves para la autoestima que mejorarán tu relación.

 

2.- Comunícate en un tono adecuado y enfócate en el conflicto presente

Para que el conflicto se resuelva necesitáis tener una comunicación efectiva. Evitar toda acción o actitud que pueda inflamar la conversación y que no sea constructiva es clave. Eso incluye evitar las exageraciones, las evasiones, la ironía y los sarcasmos.

 

 Expresa lo que necesites decir con claridad pero sin dureza.

 

Cuando lo que se habla es difícil para ambos, es mejor evitar todo aquello que facilite que el otro se sienta herido o que pueda crear malentendidos.

Es importante que te ciñas al tema en discusión.

Sacar a relucir otros problemas que puedan existir en vuestra relación o situaciones del pasado es una mala idea. Reconoce que, si lo haces, te mueve el deseo de ‘sacar la artillería pesada’ debido al malestar que sientes.

Me encanta la recomendación “firme con el asunto pero suave con la persona”. Te puede ayudar recordar que quieres a esa persona y que puedes tener un desencuentro pero de una forma más amorosa.

Y, hasta donde puedas, sé paciente si tu pareja no lo hace de la misma manera; tú respondes por tu comportamiento, no por el suyo.

 

3. Escucha al otro primero e intenta entenderle aunque no estés de acuerdo con lo que expresa

Lo que ocurre a menudo en las discusiones es que ambos intentamos expresar cómo nos sentimos, dar nuestra opinión y contar nuestra “verdad” y, por encima de todo, tener razón. Esa situación fácilmente termina en dos personas hablando a la vez y elevando la voz para ser escuchados con muy poco éxito de cara a la compresión y a la resolución del conflicto.

 

 Esperamos que el otro nos entienda cuando, en realidad, no estamos dispuestos a escucharle, ni mucho menos abiertos a entenderle.

 

¿Verdad que no tiene sentido?

Pero es humano y bastante frecuente en estas circunstancias.

Aquí, la pauta más sensata es “aparcar” por un momento nuestros sentimientos y opiniones y escuchar de verdad al otro. Si quieres convertirte en una pareja amorosa, incluso cuando tenéis disparidad de opinión, ésta es una magnífica manera de demostrarlo.

Escucha al otro e intenta entender lo que quiere decir, no solo lo que dice. Si generaliza o no concreta puedes hacerle preguntas para corroborar que le has entendido. Recuerda las sugerencias de la pauta anterior respecto al tono y utiliza la empatía todo lo que puedas. Después de todo, su verdad es tan verdad para él o ella como para ti la tuya. Escúchale.

 

4. Cuando expliques lo que te pasa habla de ti, no del otro

Cada uno vemos las cosas a nuestra manera: Lo que molesta a una persona le es indiferente a otra y cada uno usamos nuestro propio filtro. Las conclusiones a las que llegamos están influenciadas por nuestra cultura, nuestra educación, nuestras experiencias…

 

 Aunque NUESTRA verdad nos parezca LA verdad, no lo es. Solo es nuestro punto de vista y nuestra manera de sentir.

 

No es lo mismo decir: “¡Eres muy impertinente!” a decir “Me molesta cuando estoy hablando y me interrumpes”. La regla que mejor funciona es hablar de ti. Di lo que sientes y describe el comportamiento en vez de calificar a tu pareja o acusarle.

Cuanto mejor te expreses más fluirá la comunicación, la comprensión de cuál es el problema realmente y la posible solución.

Sobre los conflictos y cómo resolverlos hay mucho que decir y mucho que aprender. Aquellos conflictos que resolvemos positivamente nos acercan a nuestra pareja, nos hacen sentir más fuertes y más capaces.

No es posible evitar los conflictos pero si pones tu mejor esfuerzo en resolverlos amorosa y constructivamente, verás cómo aumenta la conexión y la felicidad en vuestra relación.

El gran premio es que cuanto más difícil haya sido el conflicto, una vez resuelto satisfactoriamente, más estrecho sentiréis vuestro vínculo y más sólida vuestra unión. Y esa capacidad es una de las bases más importantes de un amor extraordinario.

Si te resulta difícil la gestión del conflicto el coaching te ofrece la ayuda que necesitas.

¿Te gustaría mejorar este aspecto en tu relación?

Contacta conmigo para concertar una consulta gratuita. Podemos hablar de ti y de aquello que te gustaría mejorar.


Gracias por tu confianza

 

Ana Fernández

Coach de intervención estratégica
unamorextraordinario.com
hola@unamorextraordinario.com
+34 609577881

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